Reinventando las leyendas urbanas

Al ser Conspiraciones y Videojuegos dos cómics que forman parte de una colección, con una temática concreta de partida, la de las leyendas urbanas, ¿cómo fue el proceso de construcción del guión, en comparación con vuestras obras anteriores?
D.S: Muy parecido, un poco menos improvisado, ya que partía de adaptar una leyenda urbana, pero en realidad he buscado las mismas sensaciones que con mis otros tebeos.
J.D: Conspiraciones está basado completamente en las notas del Profesor Domenikus. Únicamente me he dedicado a restaurarlas gráficamente

Elegisteis cada uno temas bien distintos, dentro del inagotable e inabarcable folclore moderno que constituyen las leyendas urbanas. Tú, David, te adentraste en el mundo de los videojuegos, en concreto en la inquietante leyenda urbana de Polybius, mientras tú, José, elegiste hablar de las conspiraciones, complots y paranoias varias que atormentan nuestra sociedad. Al existir tantísimas leyendas urbanas, y sobre temáticas tan distintas (la salud, la sociedad, lo sobrenatural, el sexo, la tecnología, y un gran etcétera), ¿fue complicado para vosotros elegir algunas en concreto o centraros en una parte delimitada de ese imaginario colectivo?
D.S: Pues la verdad es que al principio estuve un poco perdido, hasta que me encontré con esta leyenda de Polybius, y entonces lo tuve bastante claro.
J.D: En absoluto; hace tiempo que obraba en mi poder el trabajo del Profesor, que encontré en un contenedor de basura al lado del Carrefour un día que fui a.. ejem.. “hacer la compra” y que supuso una revelación en mi vida. La posibilidad de darle salida vino como caída del cielo, porque el mundo NECESITA SABER.

¿Cuál es el aspecto de las leyendas urbanas que más llamó vuestra atención, que más os atrajo? ¿Sus elementos cómicos, terroríficos, paródicos, de denuncia…?
D.S: Polybius es una leyenda urbana que tiene un montón de elementos que me parecen interesantes y estéticos, como la manipulación mental a través de mensajes subliminales y toda la serie de trastornos que podían ocasionar, como las alucinaciones o las pesadillas, y además, es de las pocas leyendas urbanas que tiene una estructura narrativa distinta, sin ese final sorpresa que suelen tener casi todas.
J.D: Lo que realmente me guió fue la posibilidad de utilizar el medio del cómic para revelar algo muy gordo que está pasando ante nuestras napias y no nos damos cuenta, así que diré “denuncia” y añado “labor social”, si me lo permites.

¿Cómo abordasteis el tema de las leyendas urbanas y cómo conseguisteis hacerlo vuestro, apropiaros de sus códigos y transformarlos para crear algo personal?
D.S: Supongo que centrándome en los aspectos de la narración que me parecen interesantes a mí, y no contando las cosas literalmente.
J.D: No tuve que hacer mucho esfuerzo porque todo estaba ahí. Solamente darle un poco de forma gráfica y ritmo para que al personal le entrase más fácilmente en la mollera que nos están manipulando y tratando de exterminarnos. Utilizando un medio infantiloide y denostado por los poderes como es el cómic, se logra un doble propósito: se llega a la masa de población con algo que les hace gracia y pueden comprender porque tiene dibujitos y se vuela bajo los radares de la élite, que no pone atención en una forma de expresión minoritaria.

Una de las características de las leyendas urbanas reside precisamente en que se van transformando perpetuamente. Al transmitirse oralmente, aunque siempre se queda la esencia del relato, se van creando variaciones, versiones; se reciclan y se reinventan. Finalmente, vosotros habéis participado en cierta medida de esta reinvención, ¿no?
D.S: Sí, espero que hayamos aportado nuestro granito de arena.
J.D: Yo no me invento nada, sigo al pie de la letra las indicaciones del Profesor, cualquier otra cosa sería desvirtuar su mensaje iluminador, que debía llegar puro a los lectores para hacer que despierten de Matrix y liberar así a la raza humana del yugo al que nos someten los reptilianos e Illuminati.

En Videojuegos, David, consigues crear una atmósfera muy psicodélica, tanto a nivel de fondo como de forma. Usas motivos gráficos que dan la sensación de que todo se mueve (pantallas de televisión, de ordenador, de móvil, el papel pintado de las paredes, el reflejo de unas gafas…), hasta conseguir por momentos que el lector se sienta atrapado dentro del propio videojuego. ¿Jugaste mucho en pantalla o pisaste algún que otro recreativo para ponerte a tono?
D.S: Crecí en los ochenta, y he pasado bastante rato en salones recreativos, como casi todos los de mi generación, pero no me considero un jugón, hace bastante que no toco un videojuego.

En Conspiraciones, José, el hilo conductor a través de la multitud de sociedades secretas que vas esbozando es un personajazo iluminado, dicharachero y algo macarra que va dando el tono de todo el cómic. ¿Todo es humor y parodia o te aprovechas de él para soltar algunas que otras verdades?
J.D: Todo lo que cuenta el Profesor Domenikus en el tebeo es LA VERDAD, ¡despertad!

Mezclas páginas de estructura más bien clásica con otras muy locas que imitan collages, cuadernos de bocetos o fotografías. ¿Cómo surge esto? ¿Es la propia temática del cómic que te dio pie a mezclar estos elementos gráficos?
J.D: Para el rebaño es mucho más comprensible explicar las cosas de una manera gráfica y amena, porque aún no estáis preparados para asumir que sois borregos al servicio de los planes de la élite, esa es la única razón.

¿Tuvisteis que investigar y documentaros mucho para llevar a cabo este trabajo?
D.S: Sí, además me lo pasé muy bien haciéndolo. La leyenda de Polybius tiene pinta de haberse creado en internet, hay cantidad de material, incluso está el videojuego en youtube.
J.D: Como me basé en las notas, storys y dibujos del Profesor Domenikus para construir el cómic, únicamente rehice gráficamente su trabajo porque algunas de las notas estaban muy deterioradas, además de que dibuja muy mal.

¿Descubristeis historias que no conocíais, que os llamaron la atención?
D.S: Pues sí, escuché un testimonio de una señora argentina que había tenido un encuentro con hombres de negro, y los describía como robots, no humanos, nunca había oído una versión así.
J.D: No podría primar alguna de las revelaciones del Profesor sobre otra. Descubrir su trabajo me abrió los ojos, yo era un borrego atrapado en el sistema y sólo pensaba en conducir mi vida por los raíles marcados. Ahora soy libre.

¿Cuál es vuestra visión de las leyendas urbanas, ha cambiado algo tras vuestra participación en esta colección?
D.S: Siempre me han gustado bastante, sobre todo el fenómeno de cómo se las llega a apropiar la gente, llegándolas a contar como si les hubiesen sucedido a ellos.
J.D: Aparte de que tiré mi televisión por la ventana para que no me lavaran el cerebro, he quemado todo mi dinero, bebo mi propia orina destilada porque envenenan el agua, aplasto al instante cuanta lagartija veo, cambio de casa cada tres días y llevo un régimen de entrenamiento paramilitar de combate y supervivencia, sigo llevando una vida perfectamente normal.