Isusi versus Isusi por culpa de un Río Loco


Mmm… bien, preséntanos Río Loco.
Oh, no, ¡eres de ésos!


¿Cómo?
¡De esos periodistas vagos que esperan que el entrevistado les dé todo hecho! Se supone que tienes que leerte el cómic y luego hacer preguntas atinadas y lúcidas sobre él. ¿Te lo has leído?


Hombre, sí, unas trescientas veces. La última ayer mismo.
¿Y te gustó?


Pues espero no pecar de inmodestia pero… sí. Oye, espera un momento… ¡Las preguntas las hago yo!
Pues a ver si es verdad.


Bien. Mmm… empecemos por el escenario. En las anteriores entregas el protagonista nos llevaba por Chiapas y después por Centroamérica; en ésta da el salto a Sudamérica y se planta en plena Amazonía. ¿Era inevitable para un cómic de aventuras como éste pasar por el Amazonas?
¡Me alegro de que me hagas esa pregunta! La verdad es que de alguna manera sí. Por supuesto el viaje de Vasco no sólo sigue los pasos del de Juan, sino los míos propios cuando trotaba por aquel continente, y el Amazonas fue parte de mi viaje. No fue desde luego de las partes más bonitas pero aquí entra en juego algo que escuché decir a un argentino vagabundo en la isla de Ometepe: “No puedes decir que has viajado por América si no recorres el Amazonas”. El Amazonas es como un imán para todo aquel que busque exotismo, aventuras… un imán tremendamente desilusionante y descorazonador generalmente, pero precisamente eso es algo que me interesaba reflejar en el libro. Y por la trayectoria que sufre el personaje de Vasco… sí, era inevitable que se zambullera en la Amazonía. Qué le vamos a hacer. ¿He respondido a tu pregunta?


Sí, pero a mí me parece que además el Amazonas te viene muy bien para homenajear a Conrad del mismo modo que homenajeaste a Barrie en La isla de Nunca Jamás, ¿no? El río Amazonas hace el papel que en El corazón de las tinieblas hace el río Congo.
No, no, nada de eso, ¡no has entendido nada! Vamos a ver, La isla de Nunca Jamás era una historia de historias. Si en La pipa de Marcos el marco en que se desarrollaba la historia era tan potente que hasta el lugar se llamaba “La realidad”, en La isla de Nunca Jamás el marco servía para adentrarnos en el mundo de la ficción, y ver cómo la realidad y la ficción siempre se mezclan. El tema central de La Isla de Nunca Jamás es que la realidad es siempre subjetiva, y que todo depende de cómo nos contemos las cosas. Por eso aparecían continuas referencias a libros, cómics y películas, empezando por el propio título. Pero eso no es necesario ya en Río Loco, ¡no se trata de homenajear a unos y otros sin parar! La similitud con El corazón de las tinieblas es casual, aunque evidente; por eso uso una frase suya como cita.


Aah… qué listo. ¿Y qué me dices de Corto Maltés?
¿Qué le pasa a Corto?


Que su sombra es alargada… seguimos encontrándolo en esta tercera entrega.
Claro, porque Corto funciona en esta serie como encarnación del mito del héroe occidental. Vasco quiere también encarnar esa figura de héroe posmoderno. El tema es si realmente es capaz de encarnarlo, y sobre todo, si le interesa.


¿Cómo no le va a interesar? ¿A quién no le gustaría parecerse a Corto Maltés?
No digas sandeces. A mí no me gustaría.


Bueno, bueno, pero no hablamos de ti. Hablemos de Vasco. En el primer cómic de la serie acabábamos sin saber mucho de él, en el segundo atisbábamos algo y en éste… ¡hasta nos dice dónde nació! Aunque no se aclaran muy bien sus orígenes. ¿A qué viene tanto misterio?
[Risas] Sólo es un juego. Al lector inquieto le doy pistas para saber exactamente de dónde viene Vasco, pero bueno, no es muy importante. Lo que pasa es que el personaje de Vasco juega al misterio, a ser interesante a fuerza de mostrar poco de él, y por eso también sus orígenes tenían que quedar un poco escondidos.


Mmm… ¿No será que es gay?
¿Perdón?


Por aquí la gente se queja de que no hay nada de sexo en Los Viajes de Juan Sin Tierra, ¿no será que Vasco es homosexual y busca a su amor platónico, Juan?
Te voy a responder como le responde Vasco a Héctor en la página 36 de Río Loco: ¡Eso me suena a chismorreo! Y en cuanto a eso de que no hay nada de sexo… yo qué sé, hay tantísimo sexo por todas partes (ejem, me refiero a la tele, las películas, cómics y libros) que tampoco pasa nada porque haya alguna historia sin él, ¿no? En la vida hay períodos en los que el sexo puede ser central y otros en los que no, y en cuatro tomos de historieta como son Los viajes de Juan Sin Tierra… pues bueno, hay espacio para todo.


Ah, pero entonces ¿hay esperanza? ¿Veremos a Vasco mojar?
[Risas] ¡No te lo voy a decir! ¡Así te comprarás el cuarto tomo cuando salga! Pero bueno, en Río Loco, el sexo, a su manera, tiene su presencia, me lo reconocerás.


Bueno, sí… hay personajes bastante sexuados en Río Loco. Háblanos un poco de ellos.
Y dale. ¡Que no se hacen así las entrevistas, demonios! ¿Qué quieres saber, y de quién?


Vale, vale… Hay un personaje muy especial en este libro, pero no sé yo si es muy real…
Ah, ya sé, te refieres al de Américo… Bueno, es como todo el libro. Tiene su parte real y su parte de ficción. Para retratarlo me basé en un chaval que conocí en un barco del río Napo y cuya vida me impactó. Muchos de los aspectos que se ven de Américo son de aquel chaval, pero no olvidemos que hago ficción, y que los personajes que uso están al servicio de la historia, no al revés. Cada personaje me sirve para destacar algún aspecto en concreto. Todos los secundarios que aparecen están estrictamente basados en gente que conocí y traté en aquel viaje por Latinoamérica, pero evidentemente ellos eran personas y yo lo que fabrico son personajes. La verdad es que es muy bonito trabajar así, de alguna manera vuelvo a estar con esas personas. De hecho con algunas es el único modo de estar ya que perdí totalmente el contacto.


Harás ficción pero a veces cuesta distinguir dónde acaba la ficción y dónde empieza la realidad, cada cómic viene con un trasfondo social destacado. El zapatismo en el primer tomo, el papel de los EEUU en América Latina en el segundo, ahora es el turno de los indígenas aislados… ¿Cuál será el siguiente?
Eh, tú, no te pases. Yo no hago los cómics pensando “a ver qué tema social saco”. Esos temas están ahí y simplemente aparecen, ¡estaría ciego y sordo si no lo hicieran! Si hago un cómic sobre Hollywood saldrán las cirugías estéticas, si lo hago sobre el Amazonas tienen que salir los indígenas aislados. Es más, en este caso es aquí donde pueden salir, en un cómic, que no necesito molestarles para nada. No tengo que hacerles fotografías ni meterme en su territorio con cámaras ni equipos.


Bueno, bueno, no te enfades. Venga, una última pregunta: no has sido muy rápido haciendo esta serie, ¿tardaremos mucho en ver el desenlace con el cuarto tomo?
Espero que no. El guión ya está en su primera versión y este año espero no hacerme ninguna casa ni ningún estudio, ni casarme ni tener otro hijo… así que… bueno, a ver si hay suerte y tardo poco con el último.


Madre mía, ¿todo eso hemos hecho estos años?
Sí, sí, al que diga que los cómics son una pérdida de tiempo le puedo responder con mi ejemplo: conocí a Leticia, mi mujer, en la presentación de La pipa de Marcos, y mira la que hemos armado…


Decidimos acabar la entrevista, Javier tiene que cambiar el pañal de Marina y comer a toda prisa para después ir a buscar a Ibai a la guardería. Nos sacamos una foto y quedamos que para acelerar el proceso del cuarto tomo, a partir de ahora en vez de hacerle entrevistas le ayudaré con el entintado de las páginas.